La importancia del ejercicio para una salud renal óptima

Si bien solemos asociar la salud renal con la dieta y la hidratación, la actividad física juega un papel fundamental en la prevención y el manejo de esta condición.

La enfermedad renal crónica es un problema de salud pública creciente, y uno de sus principales factores de riesgo es el sedentarismo. Si bien solemos asociar la salud renal con la dieta y la hidratación, la actividad física juega un papel fundamental en la prevención y el manejo de esta condición.

¿Cómo afecta el sedentarismo a los riñones?

El sedentarismo contribuye al desarrollo y progresión de la enfermedad renal crónica de varias maneras:

  1. Aumento de peso y obesidad : El exceso de peso ejerce una mayor presión sobre los riñones y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, que a su vez daña los riñones.

  2. Hipertensión arterial : La falta de actividad física contribuye a elevar la presión arterial, lo que daña los vasos sanguíneos de los riñones y acelera su deterioro.

  3. Resistencia a la insulina : El sedentarismo disminuye la sensibilidad del cuerpo a la insulina, lo que puede llevar al desarrollo de diabetes y, en consecuencia, a daño renal.

  4. Inflamación crónica : La falta de ejercicio promueve un estado inflamatorio crónico en el organismo, lo que acelera el daño renal.

Los beneficios del ejercicio para la salud renal

La actividad física regular puede ayudar a:

Controlar la presión arterial: El ejercicio aeróbico ayuda a reducir la presión arterial, protegiendo así los riñones.

Mejorar la sensibilidad a la insulina: El ejercicio ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce la resistencia a la insulina.

Perder peso: La pérdida de peso a través del ejercicio puede reducir la presión sobre los riñones y mejorar su función.

Reducir la inflamación: El ejercicio regular ayuda a reducir los marcadores inflamatorios en el cuerpo.

¿Qué tipo de ejercicio es recomendable?

La mayoría de las personas con enfermedad renal crónica pueden realizar actividad física de forma segura. Sin embargo, es importante consultar a tu médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios. En general, se recomiendan actividades de bajo impacto como caminar, nadar y andar en bicicleta.

¡Muévete por tus riñones!

La actividad física es una herramienta poderosa para prevenir y controlar la enfermedad renal crónica. No esperes más para incorporar el ejercicio a tu rutina diaria.

En el Inst. de Nefrología del Oeste contamos con especialistas que sabrán como guiarte y acompañarte.

¡Tu salud renal te lo agradecerá!