Impacto de la hipertensión en los riñones

¿Sabías que la hipertensión daña tus riñones?

¿Cómo afecta la hipertensión a los riñones?

Los riñones reciben una gran cantidad de sangre para filtrar continuamente toxinas y mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos. Cuando la presión arterial está constantemente elevada:

Se daña el endotelio (revestimiento interno) de los vasos sanguíneos, incluyendo los capilares renales.

Los glomérulos (unidades de filtrado en los riñones) se endurecen o engrosan, perdiendo eficacia.

Se reduce el flujo sanguíneo renal, afectando la oxigenación y nutrición del tejido renal.

Con el tiempo, esta situación puede llevar a nefroesclerosis hipertensiva, una forma de daño renal progresivo e irreversible.

Círculo vicioso: hipertensión y enfermedad renal La relación entre hipertensión y enfermedad renal es bidireccional:

La hipertensión puede causar enfermedad renal.

Y la enfermedad renal puede empeorar la hipertensión, ya que los riñones dañados retienen más sodio y agua, aumentando el volumen circulante y la presión arterial.

Por eso, detectar y tratar a tiempo la hipertensión es clave para prevenir la progresión de la ERC.

Consejos para controlar la presión arterial y proteger los riñones

✅ Monitoreo regular: Controlar la presión arterial en casa o en centros de salud. Lo ideal es mantenerla por debajo de 130/80 mmHg en pacientes con riesgo renal.

✅ Reducción del sodio: Disminuir la sal en la dieta (idealmente menos de 2 g de sodio al día). Evitar alimentos ultraprocesados, embutidos, snacks salados, etc.

✅ Actividad física regular: Realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado (caminar, nadar, bicicleta) la mayoría de los días de la semana.

✅ Evitar el tabaco y el alcohol en exceso: Fumar daña los vasos sanguíneos y beber en exceso puede aumentar la presión arterial.

✅ Control del peso y del estrés: El sobrepeso, la obesidad y el estrés crónico son factores que aumentan la presión.

✅ Tomar la medicación como corresponde: Seguir el tratamiento antihipertensivo recetado y no suspenderlo por cuenta propia.

✅ Alimentación saludable: Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, legumbres y baja en grasas saturadas (como el plan DASH).

La hipertensión no solo aumenta el riesgo cardiovascular, sino que también puede dañar silenciosamente los riñones si no se controla adecuadamente. Educar a la población sobre este vínculo es fundamental para la prevención de la enfermedad renal crónica y para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En el Inst. de Nefrología del Oeste contamos con especialistas que sabrán como guiarte y acompañarte.

¡Tu salud renal te lo agradecerá!